Política de innovación en Colombia - Caso Atlántico
En 2022 el Gobierno aspiraba que el país se convirtiera en uno de los líderes de América Latina, para lo cual desarrolló una política pública de innovación en Colombia, pero Colombia sigue estancado en el puesto 66 del Índice Global de Innovación 2023.
Innovar es crear, es cambiar las cosas para mejorarlas o adaptarlas, para lo cual es imprescindible adaptarse a las nuevas realidades. En América Latina en general, y Colombia no escapa de esa realidad, existen muy pocos incentivos para realizar Investigación y Desarrollo y esto también repercute en avanzar rápidamente en materia de innovación.
Por esta razón, se ha hecho necesario que los Estados establezcan políticas públicas dirigidas a fomentar las innovaciones. Los países que logran el mayor desarrollo y bienestar para su población son aquellos que más invierten en investigación para su desarrollo científico y tecnológico.
Luego de vivir un largo y trágico historial de violencia y terrorismo, el cual no ha sido totalmente superado, Colombia comienza a tomarse muy en serio el tema de la innovación. Se buscan establecer nuevas actividades económicas y mejorar la productividad, tanto en el sector público como en el sector privado.
Algunos indicadores
El fin último de las políticas de innovación es lograr un mejor nivel de vida de los colombianos, tanto en las ciudades como en las zonas rurales.
Para el 2022, el gasto en Inversión y Desarrollo (I+D) en Colombia era todavía muy bajo (solo el 0,2% del Producto Interno Bruto, cifra similar a la registrada en 2020). Si se compara con el promedio de los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) que está por el orden de 2,7% del PIB, todavía hay mucho que mejorar.
Fuente: OECD (2024), Gross domestic spending on R&D (indicator). doi: 10.1787/d8b068b4-en (Accessed on 04 April 2024).
El Estado como promotor de la innovación
El proceso de incentivar la innovación no debe caer solo en los hombros del Estado. Es importante que el sector privado asuma una cuota de responsabilidad. En el caso de algunos países del sudeste asiático, las grandes corporaciones como por ejemplo Mitsubishi, Samsung y las empresas privadas en general, poseen centros de investigación, desarrollo e innovación.
En el caso de las universidades, deberían dedicar mayores recursos al campo de la investigación y desarrollo, soportados y alineados con otros actores ya sean públicos o privados. Es importante señalar ejemplos de cómo las grandes universidades en EE.UU. (Harvard, Yale, MIT, etc.) y Europa (Cambridge, Oxford, etc.) tienen importantes centros de investigación e innovación. En Colombia hay iniciativas para financiar proyectos de investigación, en estos centros de estudio, como es el caso de las estrategias y programas permanentes de Minciencias que se enfocan en la Investigación y Desarrollo, y con los recursos de los Departamentos administrados en el Sistema General de Regalías y gestionados a través del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación (FCTeI).
De esta forma es importante señalar que el papel del Estado debería estar dirigido a crear los incentivos necesarios a través de políticas públicas. Sin embargo, para que las mismas sean eficaces es necesario que exista una coordinación entre todos los órganos del poder central y a su vez con las regiones, Departamentos y Municipios.
Caso Departamento del Atlántico
Los recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI), ahora Asignaciones para la CTeI del Sistema General de Regalías, en algunos Departamentos enfocaron sus estrategias de inversión en la Innovación, sin descuidar la Investigación y Desarrollo, como es el caso del departamento del Atlántico.
Con estas inversiones el Atlántico logró importantes resultados de I+D+i, en el fortalecimiento del ecosistema y logró avanzar en plazas en el Índice Departamental de Competitividad (IDC) y en el Índice Departamental de Innovación para Colombia (IDIC).
Así mismo, se incrementaron los grupos de investigación reconocidos por Minciencias en el Departamento y estos a su vez mejorar la calidad de su producción científica, destacando el aporte de la academia que provee la mayoría de estos grupos de investigación.
Sin embargo, la modificación de la Ley, llevó el proceso de aprobación de proyectos a convocatorias abiertas administradas por Minciencias desde Bogotá, alternativa que después de un par de años, no reflejaba los resultados esperados en cuanto a estrategia, pero sobre todo a la operación. Lo anterior, con un agravante, que son los retrasos en asignaciones y gestión de convocatorias de los últimos años.
Es importante que además se establezca una relación de cooperación entre las empresas privadas, las universidades y la sociedad para fomentar centros de investigación, desarrollo y/o innovación. El Estado debe fomentar estas alianzas y promover el financiamiento y los recursos necesarios para lograr que la investigación y desarrollo que se produzca en estos centros, estén alineados con el desarrollo nacional y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El surgimiento de entidades encargadas de articular los ecosistemas de innovación de un territorio es una apuesta que ha tomado mucha fuerza en Colombia. Desde el nivel central existen entidades como Innpulsa, llamadas a liderar esta articulación y lo ha hecho con programas como CEmprende y los Centros Regionales de Investigación, Innovación y Emprendimiento (CRIIE).
Desde las regiones destacan entidades como Ruta N en Medellín que ha logrado articular exitosamente distintas entidades nacionales e internacionales alrededor de su misión, aunque actualmente presenta un reto de volver a retomar el norte con el que venía articulando el ecosistema exitosamente. Las Cámaras de Comercio a nivel Nacional como operadores de proyectos oferta Minciencias, o con programas propios como Neurocity como el de la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas son otros casos de éxito. También se destacan iniciativas desde la academia que han logrado ofertar eficazmente sus servicios a los actores externos como es el caso del Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico 4.0 (CIDT 4.0) de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Por último, el caso de AtlántiConnect, una corporación con socios públicos y privados integrada por empresas líderes de la industria y pequeñas empresas, los principales gremios del Departamento, Universidades, la Alcaldía y la Gobernación, creada en 2019 para liderar esta labor con la creación de 6 Centros de Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i), que por pandemia se vio mermado el impulso con el que fue creado.
El futuro de la política pública de innovación en Colombia
Como conclusión, Colombia viene avanzando en el tema de establecer políticas públicas para incentivar la I+D+i. Estas políticas pretenden establecer vínculos entre empresas y entidades, tanto públicas como privadas, con las universidades y en general con la sociedad civil, sin embargo, el panorama no es alentador cuando vemos que los Ministerios llamados a liderar este proceso no abogan por el incremento de recursos que se destinan a la CTeI en el país.
La violencia y el nuevo entorno social y económico pos-pandemia son retos que se deben superar con la finalidad de no desviarse del objetivo de continuar trabajando para mejorar los indicadores de I+D+i en el país. Con miras a disminuir la brecha que existe entre Colombia y los otros países miembros de la OCDE y mejorar la política pública de innovación en Colombia las acciones deben tomarse desde distintos frentes, pero sobre todo desde el sector público con mayor inversión y un marco claro y sólido para la Ciencia, Tecnología e Innovación. Se requiere una política que promueva la inversión y la colaboración entre diversos actores del ecosistema, algo que parece estar cada vez más distante en el actual panorama político del país.